Fue la noche madrileña más argentina que se podía pedir. La miniserie “El Reino” llegaba al Palacio Municipal de Madrid Ifema para la gala de la IX edición de los Premios Platino del Cine y el Audiovisual Iberoamericano (reúne anualmente a las mejores producciones de habla hispana y portuguesa, de América y Europa) con el reconocimiento del público, realizado en una votación independiente, y salió del edificio consagrada definitivamente por el jurado.
El sábado se anunció que la serie de Netflix había sido elegida por la gente como la mejor de la región y que Mercedes Morán y Chino Darín se habían alzado con los galardones a actriz y actor. Y en la ceremonia del domingo, el triunfo fue contundente ya que de sus seis nominaciones, ganaron en tres categorías: mejor miniserie o teleserie cinematográfica iberoamericana; mejores creadores para sus guionistas, la escritora Claudia Piñeiro y el cineasta Marcelo Piñeyro, y mejor interpretación masculina de reparto para Joaquín Furriel.
Imposible mayor espaldarazo para una realización sobre la que ya se está trabajando para su segunda temporada, según confirmó Piñeiro, en la que admitió que habrá giros y nuevos personajes, aunque no pudo adelantar el contenido por el contrato de exclusividad con la plataforma de streaming.
Al recibir el galardón, la escritora afirmó: “este premio se lo queremos dar al público que no solo se divirtió, sino que después salió a debatir, en las calles y en sus casas, los temas que toca ‘El Reino’: quién nos manda, por qué nos manda; por qué los partidos ultraconservadores se juntan con las Iglesias para restringir derechos de las mujeres y disidencias; quiénes son los servicios de inteligencia y para quién trabajan; por qué sigue habiendo tantos niños abusados en instituciones religiosas”.
Esa fue su síntesis de una historia protagonizada por un pastor evangelista que es candidato a vicepresidente de la Nación. Pero cuando en un atentado matan al postulante a la primera magistratura del país, pasa a ocupar su postulación, en clima de thriller político-policial. A partir del crimen, la investigación se profundiza en distintas aristas que van develando los intereses ocultos detrás de las alianzas y las personalidades que están en un segundo plano y no se ven en las campañas.
En la categoría ópera prima, la estatuilla también viajó rumbo a la Argentina con el triunfo de “Karnawal”, una coproducción entre la Argentina y Chile, dirigida por Juan Pablo Félix, en la que el chileno Alfredo Castro se llevó la estatuilla de mejor actor de reparto. La trama gira alrededor de un bailarín de malambo que compite para ser el campeón nacional pese al rechazo de los adultos que lo rodean, alejados de su pasión por esa expresión artística.
Protagonizado por el debutante Martín López Lacci, la película es un thriller que se desarrolla dentro de una relación familiar tensa entre el bailarín adolescente, su madre y su nueva pareja, y su padre que acaba de salir de la cárcel.
En términos cuantitativos, el gran ganador de la noche fue “El buen patrón”, el largometraje español dirigido por Fernando León de Aranoa y protagonizado por Javier Bardem, que fue estrenado en cines porteños acerca de la historia del dueño de una fábrica que quiere ganar un premio de empresario y debe extremar sus acciones para lograrlo. Entre ambos se llevaron cuatro galardones: mejor película, dirección, guión y actor protagónico. También recibieron estatuillas Daniela Ramírez por su interpretación de Isabel Allende en “Isabel”; Javier Cámara, por “Venga Juan”; Najwa Nirmi, por “La casa de papel”; y Aitana Sánchez Gijón por “Madres paralelas” en distintos rubros entre cine y televisión. Los elegidos fueron los preferidos de un jurado compuesto por 135 miembros de 22 países, en la novena edición de unos premios que se anuncian como los Oscar iberoamericanos.
La ceremonia presencial indicó un cambio de época en sí misma, ya que el Ifema fue usado como pabellón de internación de enfermos de coronavirus en el peor momento de la pandemia en Madrid y ahora estaba de fiesta y sin uso obligatorio de barbijos ni siquiera en el interior.
Actuación inolvidable
Y en esa alegría descolló Lali Espósito, quien condujo la noche y cantó su hit “Disciplina” por primera vez en vivo ante un público deslumbrado por su talento y sus vestidos, que la ovacionó de pie. Ya desde la presentación, con el anuncio de que era “una de las mayores súper estrellas de Iberoamérica” efectuado por el coconductor Miguel Ángel Muñoz, se auguraba una performance de primer nivel en la voz de la cantante, que redondeó una actuación perfecta y muy comentada en las redes sociales.
También intervinieron los músicos Kany García, Nia, Pedro Fernández y Rozalén. Entre las cantantes, sorprendió la aparición de Ana Belén, quien -para completar la presencia argentina en el escenario- interpretó una versión de “Sólo le pido a Dios”, el clásico de León Gieco, mientras que en la gala se vieron muestras de apoyo a Ucrania ante la invasión rusa a su territorio.